Cradle to Cradle, es el nombre del libro creado por Michael Braungart y William Mc Donough, y que conocí a través de un documental que pueden ver haciendo click aquí.
En resumen lo que proponen estos dos tipos es que "en vez de reducir los consumos de energía, nos centremos en que desde el propio diseño y concepción de cualquier producto, estrategia o política se tengan en cuenta todas las fases de los productos involucrados (extracción, procesamiento, utilización, reutilización, reciclaje...) de manera que ni siquiera sean necesarios los gastos de energía, incluso que el balance de gastos y aportes sea positivo.
Llevado a un ejemplo práctico esto implicaría que si un edificio gasta mucha energía con el aire acondicionado y la iluminación, en vez de (o mejor a la vez que) optimizar el rendimiento de la maquinaria y la instalación de paneles fotovoltaicos, proponen concebir el edificio desde su inicio planteándose el aprovechamiento de la ventilación cruzada y de la iluminación natural, para no necesitar el gasto de energía que se produciría de otra forma. Incluso el edificio produciría más energía de la que consume (y depuraría el agua que pasa por él, etc)."
Viendo el documental me impresionó uno de los artículos que estos dos genios han desarrollado, les tipeo textual como lo explica Braungart porque la manera en que piensan para desarrollar productos y procesos ecológicos es lo más destacable: "Hemos desarrollado un paquete de helado que no sólo es biodegradable, eso es lo mínimo a lo que debemos aspirar, hasta el ser humano es biodegradable, eso no tiene ningún mérito. Para no generar desperdicios el envoltorio del helado está hecho de un material que se vuelve líquido a temperatura ambiente, sólo forma una película cuando se hiela. Sacamos el helado del frigorífico, quitamos el envoltorio y lo tiramos en cualquier parte, a las pocas horas se convierte en líquido y se degrada. El envoltorio que hemos creado no es sólo biodegradable, contiene semillas de plantas, así que cuando tiramos el envoltorio estamos generando vida, hacemos lo mismo que los pájaros que comen semillas y bayas y así sus excrementos también generan vida. Sólo nosotros, el ser humano, es el único que toma sin devolver nada a cambio"
Que rico encontrarse con gente que piensa así, que son capísimos y que usan todos sus conocimientos y creatividad para que monstruos de diferentes industrias comiencen a producir ecológicamente.
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