Mi querido Valparaíso

Valparaíso me encanta, a los 18 años comencé a descubrir de a poco su noche nocturna, su mercado, sus calles, su carnaval, sus personajes y por su puesto sus cerros. El fin de semana antepasado fui en una cortísima, pero excelente visita junto a mis amigos de mi ex pega, los VLC, y conocí un poco más de sus cerros: Cárcel,  Alegre y Concepción. Quedé encantada con sus graffities, sus mosaicos, todo esto bajo un cielo maravilloso dominical que nos regaló el querido puerto. 

Y bueno por supuesto que esta visita al puerto incluyó una experiencia gastronómica, la cual comenzó el sábado por la noche con un completo en El Sibarítico, local ubicado en la subida Cumming y que fue visitado el año pasado por Anthony Bourdain, animador del programa Sin Reservas de Discovery Travel & Living (claro que al parecer él visitó el local que está en Viña). Al igual que Bourdain encontré que el completo era gigaaaaaaante, lo cual no es malo, pero el pan tenía mucha miga y la verdad es que no era del todo sabroso. Pedí el completo a la jardinera, que llevaba porotos verdes, choclo y mayonesa, tienen una innovadora oferta de completos, pero en realidad lo grasoso de su mayonesa plus la cantidad de miga, no lo convierten en un favorito.

Después de un par de copas de champagne en la hostal, nos fuimos a probar el misterioso trago que ofrece el bar Verde Absenta  ubicado en Salvador Donoso #1490. Se trata de un trago hecho a base de ajenjo, una planta de sabor amargo que tiene como principal componente la tuyona, que es un aceite esencial que provoca efectos alucinógenos y convulsiones. Como pueden imaginar su uso es un tanto peligroso por lo que la Comunidad Europea no permite más de 35 mg por litro. Bueno y por supuesto que lo probamos, valía $2.000 y el ritual era el siguiente: traían una copa con el ajenjo o absenta (más o menos 1/3 de la copa), una cucharita con orificios que se posaba sobre la copa y en la cual se ponía un cubito de azúcar rubia a la cual se le ponía fuego para luego dejar caer agua sobre el azúcar. Hasta el momento muy entretenido, el trago se veía bonito, la combinación de la oscuridad del local con el azúcar flambéando y todo el misterio de los efectos del ajenjo lo hacían interesante, pero lo probamos y puaj!, creo haber sido la más enfática en opinar que era malísimo (era como tomar agua ardiente con leve sabor a anís, fuertísima y con un sabor para nada atractivo). Eramos 8 personas y nadie se tomó el trago completo, los que mejor se portaron dejaron por lo menos 1/3 de la copa..pucha hasta ahora la aventura gastrónomica no va muy bien jaja, pero se viene lo bueno.

  

Por las calles de Valpo probamos hamburguesas de soya, de pescado y sushi, todo barato y rico

El domingo por la recomendación de nuestro amigo Marcelo fuimos a El Desayunador, que tal como su nombre lo indica, ofrece como especialidad los desayunos...habían alrededor de 6 opciones para elegir, y yo elegí el desayuno mapuche que consistía en tortilla de papa con salsa de merkén, palta y tomate, también traía un pan amasado y una taza de té. Estaba súper rico, claro que yo feliz me hubiera comido unas dos tortillas de papa más porque eran muy delgaditas, por eso mismo se notaba mucho más el aceite en el producto, pero estaba muy sabrosa. El pan amasado estaba rico, pero muy blando, un pan crujiente siempre es más atractivo a la vista, al tacto y por supuesto para el paladar.

También me tomé un jugo natural de chirimoya, delicioso y refrescante, además de probar la mermelada de kiwi que pusieron para compartir, la cual estaba muy rica, dulcecita, e interesante porque al menos yo nunca la había probado antes. Todos los comensales quedamos bastante contentos, los demás comieron huevos revueltos con tocino, otros huevos revueltos con champignones, jugos de naranja plátano. Todo muy rico, además de ser un lugar muy bonito y agradable, tiene un mural gigante hermoso, plantas que cuelgan del techo, tiene ventanales graaaaandes, la verdad es que si tuviera un lugar como ese cerca de casa al menos una vez a la semana estaría fija en la mañanita por ahí para tomar un desayuno distinto y relajado. Si se animan a visitarlo les cuento que se ubica en Cerro Alegre y la dirección exacta es Almirante Montt #399.

Después de un agradable desayuno, nos fuimos a pasear por las calles y ferias que ofrecía ese día Valparaíso, y al rededor de las 5 de la tarde nuestros estómagos pedían nuevamente algo de comer, así que nos dirigimos a Porto Viejo, restaurante ubicado en Valdivia #154. Su especialidad son los productos del mar, para empezar se compartieron empanadas de machas, ostiones y camarones, luego yo pedí reineta a la plancha con papas fritas, la reineta estaba rica, pero su presentación no era la mejor, en cuanto a las papas fritas puedo decir que estaban pasadas en aceite y no muy frescas. 

Los demás pidieron merluza, albacora, congrio, pastel de jaiba, paila marina y chorrillanas. Nadie se quejó de sus pescados, el pastel de jaiba lo probé y estaba rico, eso si no me gustó la presentación con la patita de jaiba encima, en cuanto a las chorrillanas, eran inmeeeeensas, los dos comensales que optaron por ellas no fueron capaces de comérselas y dejaron al menos la mitad, la paila marina venía con una presentación muy bonita y se comentó que estaba muy buena. Los precios son razonables, por mi reineta con papas fritas pagué $3.900. De todas maneras no volvería, no estuvo mal, pero no especialmente sabroso, ni especialmente bonito. Sobre la atención nada que decir, el mesero fue súper atento y amable, y los platos no se demoraron mucho en salir.

Bueno y así con este almuerzo-cena comenzó a finalizar mi viaje express a Valparaíso, quedé con muchas ganas de volver para seguir recorriendo los miles de cafés y restaurantes que hay en los cerros, todos súper pintorescos y atractivos. 

¿Alguna recomendación en especial para una próxima visita?